Tú sabes que mi padre David no pudo edificar casa al nombre de
Jehová su Dios, por las guerras que le rodearon, hasta que Jehová puso sus
enemigos bajo las plantas de sus pies.4 Ahora Jehová mi Dios me ha dado paz por todas partes;
pues ni hay adversarios, ni mal que temer.5 Yo, por tanto, he determinado ahora edificar casa al
nombre de Jehová mi Dios, según lo que Jehová habló a David mi padre, diciendo:
Tu hijo, a quien yo pondré en lugar tuyo en tu trono, él edificará casa a mi
nombre.
1 de Reyes 5.3-5
Mujer de Propósito fuiste
creada para Gobernar, plantar, establecer, cortar, atar y desatar con la
autoridad de ser Hija de Dios todo aquello cuyo propósito se basan en los
diseños que El Padre hizo para tu generación, ahora no existe propósito mayor
que el de Edificar Casa para Dios, no
se cual sea hoy tu posición quizás tu hoy estas en el lugar del rey David o tal
vez estas tomando de los frutos que tus antecesores cosecharon para ti como es
el caso del Rey Salomón, pero ante cualquiera de los dos escenarios debes tener
claro que es necesario librar una batalla y vivir en constante guerra, Edificar
Casa para Dios sobrepasa formas, cuando tu decides levantarte a defender tu
casa, tus hijos, tu generación debes tener claro que en ese instante estas
dando la voz que da inicio a una guerra con el enemigo de los propósitos del
cielo los cuales son eternos.
Si hoy te encuentras
librando la batalla avanza confiando en que tu Casa como casa de gobierno como
altar de adoración encendido triunfara porque camina bajo la dirección del
Padre, pero es necesario que identifiques cuál es tu posición estas en guerra? O
¿ estas confiada? Porque ante cualquiera de los dos escenarios no puedes jamás
descartar que el enemigo estará siempre en posición de ataque y buscara entrar
por cualquier puerta que tu le abras, y sabes cual es la puerta mas fácil que
el utiliza? Es la puerta de la pasividad y la confianza lo que impide que
puedas vivir una vida como altar encendido y en posición de guerrera, el busca
destruir y cortar lo que en el cielo fue creado para ti, el no quiere que
gobiernes tu casa ni mucho menos que en ella se camine bajo el gobierno de
Dios, el no quiere que Edifiques Casa para Dios por tanto la única manera que
el salga de tu casa y de tu vida es que tu te levantes a caminar en obediencia
al Padre marques el camino y determines el destino de tu generación y vivas en
posición de guerra sin confiarte ni dejar espacios vacíos, el enemigo es
especialista en ocupar espacios vacíos, estos espacios lo cedes tu cuando te confías
en que todo esta bien en vista o en forma y no buscas ver el fondo, quizás
vienes de una familia que libro una batalla para que tu edificaras casa y hoy estés
tomando de esos frutos pero alerta no te confíes, quizás tu estas librando la batalla
para Edificar tu propia casa y bendecir
tu generación, quizás aun tu familia necesita seguir el camino que estas
marcado con la dirección del Padre pero ante cualquier realidad debes entender
que no lograras nada con los guantes caídos, tu posición constante debe ser de
guerra y alerta ante cualquier ataque de las tinieblas, hoy por hoy son muchas
las armas silenciosas que el usa, la situación país, la economía, el desespero
ante la realidad, la depresión la angustia y pare de contar pero nada de esto
se antepone ante aquel que gobierna todo, ante el autor y consumador de la Fe,
tienes armas poderosas primero la Fe y la confianza a tu Padre, por la Fe
caminamos y creemos que no hay altar sin respuesta, la comunión familiar fortalecida
en la unidad del cuerpo mediante la oración constante al Padre y adoración a El determinada en tu obediencia, el amor sin-cera
amor que perdona multitud de faltas,
caminar confiando en sus promesas que son maravillosas, viene respuesta
del cielo para tu casa mujer y si ya decidiste
levantarte a Edificar Casa para Dios confía que el te llevara de su mano, te dará
la victoria y cumplirá sus promesas.
3 Y le dijo
Jehová: Yo he oído tu oración y tu ruego que has hecho en mi presencia. Yo he
santificado esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para
siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días. 1 de Reyes 9.3
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